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Mihaly Csikszentmihalyi; 1990; Editorial Kairós
7/10/2005
El fluir es un estado mental y físico que alcanzamos cuando nos implicarnos de tal forma en una actividad que perdemos la noción del tiempo y del espacio. La capacidad de entrar en flujo, que ha sido utilizada a lo largo de la historia por muchas culturas, pensemos en el yoga o en el zen; influye de manera poderosa en el grado de felicidad que siente una persona. La buena noticia es que el estado de flujo puede alcanzarse siguiendo unos pasos determinados y manteniendo una actitud mental adecuada. Además el flujo no sólo se da en situaciones especiales como la meditación o el deporte sino en cualquier faceta de nuestra vida, incluyendo las condiciones adversas.
Personalmente me ha hecho más consciente de la importancia de mantener una actitud positiva y creativa en todo lo que hacemos a lo largo del día. También me ha animado a valorar y afrontar los retos inherentes a situaciones que a menudo me parecen adversas o molestas. Pero no se detiene ahí, además nos anima a darle un sentido de flujo a nuestra vida entera, definiendo claramente cuales son nuestras metas tanto a corto como a largo plazo.
47 – La capacidad de perseverar a pesar de los obstáculos y retrocesos es la cualidad que la gente más admira en los demás, y con justicia, porque es probablemente el rasgo más importante, no sólo para tener éxito en la vida, sino también para disfrutarla.
318 – Crear armonía en cualquier cosa que uno haga es la última tarea que la teoría de flujo presenta a aquéllos que deseen lograr la experiencia óptima; es una tarea que implica transformar la totalidad de la vida en una única actividad de flujo, con metas unificadas que ofrezcan un proposito constante.
324 – Cuando una meta importante se persigue con resolución y todas las actividades diferentes se juntan en una experiencia de flujo unificada, el resultado es que esa armonía se ha incorporado a la conciencia. Quien sabe cuales son sus deseos y trabaja con el propósito de lograrlos es una persona cuyos sentimientos, pensamientos y acciones son congruentes entre sí, y por lo tanto, es una persona que ha logrado la armonía interior. (...) La coherencia interior conduce finalmente a la serenidad y la fortaleza interior que admiramos en las personas que parecen estar bien consigo mismas.