Si somos aquel jefe de la puerta abierta, debiéramos recordar que resolviendo nosotros mismos los problemas de los demás, los hacemos más dependientes (¡vaya! otra vez esta sensación de poder ¿no?). Si queremos luchar contra la centralización y la delegación hacia arriba, debemos procurar que nuestros colaboradores sean capaces de resolver sus problemas; y hacerlos por ellos no es precisamente la mejor manera de conseguirlo.
Imaginad un momento que sois el entrenador de un tenista. Este tiene un fallo en el saque, demasiado cortado, demasiado lento. ¿Qué haría? ¿Cogerle la raqueta y sacar en su lugar? «Oye Entrenador, voy atrás en el marcador, ¿podría salir a sacar por mi?» Sin embargo viene a ser lo que muchos jefes hacen en las empresas.
http://www.gestiopolis.com/canales/derrhh/articulos/63/tiempo.htm