CINCO SIGLOS DE SABER
(
http://www.institucional.us.es/relint/infuniv2.htm)
La Universidad de Sevilla que hoy conocemos es el resultado de una evolución histórica de casi quinientos años. Sus orígenes se encuentran en el Colegio de Santa María de Jesús, fundado por el Arcediano Maese Rodrigo Fernández de Santaella en las postrimerías del siglo XV. En 1505, una bula del Papa Julio II otorgaba a este Colegio la facultad de conferir grados en Teología, Filosofía, Derecho, Medicina y Artes, y, cincuenta años después, pasaba a ser oficialmente Universidad, con todos los privilegios del resto de Universidades del Reino.
Las raíces de la Universidad moderna hay que situarlas, no obstante, en el s. XVIII, durante el reinado de Carlos III, cuando el Plan de Estudios de Olavide lleva a la Universidad de Sevilla por el camino de la Ciencia. Durante este reinado, se produce además otro hecho de interés: la concesión por Real Cédula del edificio de la Casa de la Compañía de Jesús.
Esa sede no la abandonará hasta mediados del s. XX, cuando se traslada a la Real Fábrica de Tabacos, sede actual, obra del ingeniero Van der Beer en el reinado de Fernando VII. Un siglo antes, la Universidad de Sevilla se había visto afectada por diversas novedades de gran trascendencia: la supresión de las Universidades Menores, que supuso que las Universidades de Baeza y Osuna quedaran agregadas a la de Sevilla; la implantación del Plan de Estudios de la Universidad de Salamanca en todas las Universidades Españolas, y la creación de nuevas cátedras y facultades de enorme relevancia, como la de Medicina.
Tras la marcha al edificio de la Fábrica de Tabacos, en las décadas de los 60 y 70, la Universidad de Sevilla asume una reforma importante en sus planes de estudio. Se divide la Facultad de Ciencias en las Facultades de Biología, Física, Matemáticas y Química; se crean los estudios de Económicas y Farmacia, y nace el Colegio Universitario de La Rábida. Todo ello se vio acompañado de la descentralización geográfica de la Universidad, que, en el caso de la de Sevilla, significó la aparición de nuevos centros en las provincias de Badajoz, Cádiz y Córdoba, de los que surgieron las actuales Universidades de esas provincias.