Creo que es la tercera vez o así que leo esta joya de Isaac Asimov y creo que en cada lectura me gusta más.La trama no deja de sorprendente hasta el final, hay historias dentro de historias dentro de historias. El tratamiento de las paradojas de los viajes en el tiempo me parece genial.
La primera característica reseñable de esta novela es que pertenece a la Generación del 40, la Vieja Ola de la ciencia ficción. Poco peso en las descripciones y en la escenificación, o la ausencia de compromisos morales de los personajes podrían ser algunos de los aspectos más reconocibles de esta tendencia, y, de hecho, incluso se pueden apreciar reminiscencias todavía anteriores (sabe a 20.000 LEGUAS DE VIAJE SUBMARINO o a la predecesora de H. G. Wells).
Sin embargo, también aborda algunas propuestas interesantes. Vemos, por ejemplo, a un protagonista capaz de enamorarse y actuar de un modo impulsivo, o a un personaje femenino (en fin, al menos hay uno) con una autoridad de carácter y una posición argumental inusitadas. No obstante, en líneas generales es la posibilidad de recrearse en el juego de la lógica temporal lo que despierta en mayor medida el interés, como en EL HOMBRE MENGUANTE de Richard Matheson era ese cambio de las leyes que rigen el universo de los personajes lo que más llamaba la atención.