Publicado en http://teleobjetivo.monteagudo.net/archives/2007/02/13/el-diamante-lucy/ el 13-Feb-2007 por monti
Cuando una enana blanca se enfría cristaliza, convirtiéndose en un gigantesco diamante. Ese es el destino final de las estrellas del tamaño del Sol, y es en lo que se convertirá el astro rey después de su muerte, dentro de 5000 millones de años.
En el momento de su nacimiento, una estrella está formada basicamente por hidrógeno; durante su vida, las reacciones de fusión transforman el hidrógeno en helio y posteriormente el helio en carbono. En una estrella pequeña, de una masa comparable a la de nuestro Sol, las reacciones nucleares se detienen en este punto, con lo que la estrella muere dejando un cadáver formado fundamentalmente de carbono; este resto es lo que se ha dado en llamar una enana blanca.
Sin embargo, este no es el final; aunque en el interior de una enana blanca no se produce ningún tipo de reacción nuclear, esta sigue brillando; la causa es el calor residual que aún acumula tras finalizar las reacciones nucleares. Dicho con otras palabras, una enana blanca es la brasa caliente que queda una vez que se ha apagado el fuego estelar y como cualquier brasa, terminará enfriándose y apagándose; ¿Que ocurrirá entonces?
Hacía décadas que los astrónomos sospechaban que, una vez fría, la presión interna haría cristalizar el carbono de que esta hecha, con lo que la enana blanca acabaría transformándose en un gigantesco diamante, pero carecían de evidencias.
Finalmente, el 13 de Febrero del 2004 un equipo de astrónomos de la Universidad de Harvard descubrieron, a 50 años luz de distancia, un pequeño objeto de unos 4000km de diámetro que resulto ser una enana blanca de carbono cristalizado. Esta estrella se bautizaría con el nombre de Lucy (y el código de catálogo BPM-37093), en honor a la canción de los Beatles “Lucy in the sky with diamonds”.