JuanRamon: dueleladecapitacion

“¿Duele la decapitación?”, quiere saber William Wild, de Oxford. “¿Durante cuánto tiempo conserva la cabeza cortada la consciencia de su difícil situación?”.

“Sí que duele”, responde desde la Universidad de Cambridge Dale Mc Intyre, que no basa su afirmación en una experiencia personal, sino en la de María Estuardo, reina de Escocia decapitada en 1587: “Un verdugo torpe le asestó tres golpes sin conseguir cortarle del todo la cabeza (tuvo que cortar piel y ternilla con el cuchillo para acabar el trabajo). El quejido hondo y prolongado que lanzó María tras el primer hachazo no dejó en los horrorizados testigos la menor duda de que su dolor era espantoso”.

Parece ser que algún verdugo de la Revolución Francesa acostumbraba a pedir a los condenados que, en el caso de que siguieran conscientes una vez guillotinados, parpadearan para indicarlo, si hacían el favor. Según la doctora Mc Intyre, las cabezas se pasaban medio minuto parpadeando. Desde luego, hay que echarle ganas de colaborar con el experimento. Los fisiólogos contemporáneos se inclinan a pensar que la consciencia se apaga en sólo tres o cuatro segundos. De intenso dolor, eso sí.


¿Cómo puedo convertirme en un fósil? ¿Es mortal el veneno de serpiente por vía oral? Diez años de preguntas de los lectores a la revista británica ‘New Scientist’ dan mucho de sí. El libro ‘¿Hay algo que coma avispas?’ recoge lo más ingenioso y extravagante. Lo de arriba es una muestra.

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