Concurrentemente, se desechan 14 millones de bicicletas,
aproximadamente cinco millones en basurales y el resto recoge polvo en garajes y sótanos.
En países en los que la mayoría de su población no tiene medios para comprar un coche y donde incluso las bicicletas son caras y escasas la falta de movilidad frena su desarrollo económico. En Nicaragua, El Salvador, Ecuador, Ghana y Madagascar, por ejemplo, las bicicletas no sólo llevan a las personas a trabajar y estudiar, estas además son utilizadas para transportar los productos producidos para comercializar, basura y entrega de medicamentos entre otras muchas utilidades.
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