– ¿Operación?... ¿no era una autopsia?
– Doctor, tengo tendencias suicidas, ¿qué hago?
– Págueme ya mismo.
– Doctor, el pelo se me esta cayendo, ¿me puede dar algo para conservarlo?
– Si, claro, aquí tiene una caja de zapatos
– Doctor, me he fracturado el brazo en varios lugares.
– Yo que usted no regresaría a esos lugares
En el consultorio de un ginecólogo:
– Señora, le tengo buenas noticias.
– Señorita, por favor.
– Entonces son malas noticias.
– Doctor, doctor... cuando era soltera tuve que abortar seis veces, pero ahora que estoy casada no consigo quedarme embarazada.
– Evidentemente, usted no se reproduce en cautiverio.
– Doctor, doctor... ¿la esterilidad es hereditaria?
– Nunca estuve mejor! -le responde- Tengo una novia de 18 años embarazada que tendrá un hijo mío.
El doctor piensa por un momento y dice:
– Permítame contarle una historia. Yo conocí a un hombre que era un ávido cazador, nunca se perdió una temporada de caza, pero un día salió rápido y se confundió, tomando su paraguas en vez de su rifle.
El Dr. continua:
– Así que el estaba en el bosque y apareció un gran oso frente a el. El levantó su paraguas, le apunto al oso y disparó.
– ¿Y que paso?! -preguntó el anciano.
– El oso cayo muerto frente a el.
– Es imposible -exclamo el señor- algún otro hombre debe haberlo hecho!
– A este punto quería llegar... -dijo el doctor.
– ¿Qué haces? – pregunta el enfermo.
– Estaba contando sus pies y parece que tiene los dos.
– Claro, ¿lo dudabas?
– No, es que mi padre me dijo que tenía un pie en el otro mundo.
– Con el ojo tapado, ¿qué ve usted?
– Un cuatro.
– Muy bien, ahora el izquierdo tapado...
– Un cuatro.
– Perfecto, ahora con los dos destapados. ¿Qué ve?
– Un ocho.
– Le tengo una noticia buena y otra mala.
– Bueno... dígame primero la buena.
– Los resultados del análisis indican que le quedan 24 horas de vida.
– Pero bueno, ¿esa es la buena noticia? ¿entonces cuál es la mala?
– Que estuve intentando localizarlo desde ayer.