Hoy, después de muchos años de búsqueda infructuosa, por fin me he enterado de donde proviene el cilindro o pirulí giratorio que adornaba antiguamente las puertas de las barberías. Por lo visto la costumbre proviene de los tiempos en que los barberos hacían sangrías a sus pacientes como remedio a las más variopintas enfermedades. Para anunciar que allí se hacían sangrías el barbero enrollaba un trapo ensangrentado en un palo blanco y de ahí ha derivado el cilindro coloreado que conocemos y que produce un curioso efecto óptico cuando gira. La fuente de esta información es esta:
http://weblogs.clarin.com/podeti/archives/000423.php